La salud cerebral se refiere a la ausencia de enfermedad neurológica y al mantenimiento de una función cognitiva óptima. Una dieta saludable y rica en nutrientes apoya la salud del cerebro. Si bien algunos suplementos pueden ayudar con la cognición, mantener un estado nutricional adecuado es esencial para preservar la salud del cerebro.
Los nootrópicos, también conocidos como drogas inteligentes o potenciadores cognitivos, son compuestos que se utilizan para mejorar la salud del cerebro y la función cognitiva. Dicho de otra manera, son un grupo diverso de sustancias medicinales cuya acción mejora el pensamiento, el aprendizaje y la memoria en humanos, especialmente en los casos en que estas funciones están alteradas (1). Con respecto a la la función cognitiva, el estrés (en particular, la angustia) es una estimulación excesiva de los recursos del cuerpo que finalmente manifiesta síntomas negativos como fatiga o depresión. Relacionado con estos potenciadores cognitivos tenemos a los adaptógenos, un grupo de sustancias que potencian el “estado de resistencia no específica” en situaciones de estrés, una condición fisiológica que se vincula con diversos trastornos del sistema neuroendocrino-inmune (2). Debido a su uso en la medicina tradicional, se han investigado varias sustancias naturales prometedoras que podrían actuar como potenciadores cognitivos, uno de estos es la Rhodiola rosea, una planta con propiedades adaptogénicas y potencial efecto neotrópico (1).
La rodhiola, historia y beneficios…
Utilizada desde hace mucho tiempo por griegos (77 D.C), chinos, rusos, mongolíes, alemanes y algunas partes de Asia central para diferentes propósitos, actualmente es popular por sus efectos reductores del estrés y la fatiga, así como un mayor rendimiento mental, especialmente en condiciones estresantes. En numerosos trabajos de investigación ha demostrado sus múltiples beneficios que incluyen propiedades antidepresivas, antioxidantes. antiansiedad, antifatiga, reducción del estrés, aumento de la capacidad de trabajo y un incremento del rendimiento en el día a día, y antienvejecimiento (3-4).
En estudios que analizaron el entrenamiento de fuerza, la rhodiola aumentó la fuerza y la potencia cuando se tomó justo antes del entrenamiento (5) y también disminuyó la tasa de esfuerzo percibido (RPE) en algunos estudios (6-7).
La dosis óptima de extracto de rodiola para uso a largo plazo fue de 100 a 170 mg por día, y el contenido de rosavina del extracto debe ser de 3,6 a 6,14 mg por peso del extracto. Esto sugeriría una dosis diaria de aproximadamente 360 a 600 mg de extracto estandarizado de rhodiola rosea que contiene 1 % de rosavina.
Se ha informado que el uso de rhodiola como preventivo diario contra la fatiga es efectivo en dosis tan bajas como 50 mg.
Se ha observado que el uso agudo de este adaptógeno para la fatiga y el control de estrés se toma en el rango de 288-680 mg.
Como se ha demostrado que la rhodiola tiene una respuesta de curva de campana antes, se recomienda no exceder la dosis de 680 mg mencionada anteriormente, ya que las dosis más altas pueden ser ineficaces (3).
Contraindicaciones y efectos secundarios…
La rhodiola rosea parece ser segura. No se han identificado efectos secundarios graves hasta el momento. Algunos efectos secundarios generalmente ocurren cuando se toma una dosis más alta y cuando se combina con cafeína. Los efectos más comunes son somnolencia, dificultad para dormir y problemas gastrointestinales, dolor de cabeza y mareos, ansiedad y agitación, náuseas, inquietud, e insomnio.
No obstante, debido a que afecta la naturaleza humana, no se recomienda para pacientes que tienen psicosis maníaco-depresiva, así como tampoco debe recetarse a pacientes con sensibilidad a los antidepresivos, ni se recomienda para pacientes que toman medicamentos ISRS o medicamentos IMAO porque puede causar el síndrome serotoninérgico.
Ya que no hay suficientes datos de investigación clínica sobre su seguridad durante el embarazo y durante la lactancia tampoco debe ser utilizada por niños, madres embarazadas y lactantes o personas con presión arterial alta. (3-4).
Bibliografía
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9415189/
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3991026/
- DOI: 10.13040/IJPSR.0975-8232.IJP.7(3).62-69
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9228580/
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36771289/
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26464892/
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35464040/